Trastornos de la voz: ¿cómo se producen las afonías y disfonías?
Gritar más de la cuenta, hablar deprisa, no respirar correctamente o acumular demasiada tensión muscular a causa del estrés, son algunas de las causas que provocan que las cuerdas vocales sufran y que se produzca un deterioro de la voz que, incluso, puede llegar a desembocar en una pérdida total de la misma. ç
Cuando hablamos, no siempre utilizamos la voz de forma adecuada, lo que puede llegar a provocar pasajeros, o más problemáticos, trastornos. Así, si bien la mayoría de las personas padecen el algún momento de su vida algún problema vocal que se soluciona en poco tiempo, también existe un 5 por ciento de la población española que sufre algún trastorno de este tipo que requiere la intervención de un especialista, según han destacado desde la Federación Internacional de Sociedades de Otorrinolaringología con motivo del reciente Día Mundial de la Voz. La franja de edad en la que son más frecuentes los trastornos de la voz se sitúa entre los 25 y 45 años y son ligeramente superiores en las mujeres respecto a los hombres. Asimismo, los profesores de colegio son los profesionales más afectados por las disfonías, con una prevalencia en este colectivo de aproximadamente un 22,5%, siendo ésta la causa más frecuente de baja laboral. Pero éste no es el único colectivo de profesionales afectado, hay otros que también sufren este tipo de trastornos como abogados, locutores, funcionarios de atención al público y, en definitiva, todos los que usen la palabra como medio de trabajo. En estos casos, el profesional lo que necesita, no es tener una voz bella, sino resistente al uso diario y continuado y, generalmente, en condiciones medioambientales adversas. Pero éste no es sólo un problema de adultos, ya que los expertos señalan que entre el 40 y el 60 por ciento de los niños también padecen trastornos de la voz, preferentemente entre los 6 y 8 años y en la época de la pubertad y más en niños que en niñas. En el niño, como en adulto, puede ser ocasionado por una alteración anatómica de la laringe o por una disfunción entre los diferentes órganos fonatorios. Así, en los más pequeños la patología más frecuente son los nódulos.
Disfonía y afonía: diferencias
El término disfonía es el utilizado de forma genérica para definir un trastorno de la voz, sin embargo, hay que saber distinguir entre afonía y disfonía. La primera se da cuando una persona se queda totalmente sin voz y la disfonía o ronquera, cuando la voz pierde calidad acústica, esto es, cambia de tono y se hace más sucia. La afonía puede ser el estadio final de una disfonía que no ha sido bien tratada o que no se ha diagnosticado a tiempo. No es un problema muy frecuente, al contrario que la ronquera, que sí es bastante habitual. Las personas que padecen una disfonía crónica pueden acabar presentando una afonía en momentos puntuales, como consecuencia de un grito, un catarro o de cansancio excesivo. Estos abusos circunstanciales de la voz dan lugar a que una ronquera más o menos leve evolucione a una afonía, que aunque sea transitoria, supone la pérdida total de la voz. En cuanto al origen de estos trastornos, cabe destacar que en el caso de cantantes y actores, que educan la voz durante su formación para afrontar el esfuerzo de voz que les exige su profesión, para ellos la capacidad de resistencia al habla la sitúan los expertos en un término medio de dos horas diarias. El resto de la población el margen se amplía hasta las cuatro horas. Por encima de ese tiempo hace falta tener una técnica depurada para no lesionar la voz. Y es que la voz tiene unas posibilidades limitadas de uso que dependen de cómo se sepa utilizar y de la capacidad de cada persona para el habla, por lo que en la mayoría de los casos la causa de la disfonía es el mal uso y abuso vocal, es decir, el esfuerzo vocal. Entonces, ¿cuándo se utiliza mal la voz? Sobre todo al gritar o al hablar fuerte de forma prolongada, puesto que se ejerce una excesiva tensión muscular sobre la laringe, la región de cuello y los hombros. Esto contribuye a que las cuerdas vocales se congestionen e inflamen, lo que les dificulta su normal vibración y hace que produzca un sonido sucio, alterado, que es lo que comúnmente se denomina “voz ronca”. Si se trata de un episodio puntual (hablar fuerte por estar en una discoteca, en un concierto…) y después de ello no se vuelve a forzar la voz durante unas ocho o diez horas, la disfonía puede desaparecer sin más. Pero si ese periodo de recuperación no se cumple y se vuelve a abusar, la inflamación se podría convertir en permanente.
REHABILITACIÓN LOGOPÉDICA
Antes de iniciar la rehabilitación logopédica es necesario un informe otorrinolaringológico para conocer el estado de la laringe, ya que el logopeda no actuará de la misma forma con las distintas patologías.Se podría resumir la rehabilitación foniátrica en los siguientes objetivos: Dar a conocer al pacientel la técnica fonatoria precisa para la utilización de su voz. Lograr una tonalidad adecuada y timbrada que haga llegar la voz sin esfuerzo dentro de las circunstancias en las que se encuentre. Evitar los problemas que el mal uso de la voz puede causar, al mismo tiempo que se corrigen los problemas patológicos que se hayan podido producir en la laringe. Emitir correctamente a voz cantada, etc.
La técnica vocal se caracteriza por la ordenación de una serie de ejercicios conducentes a obtener un mayor rendimiento de las cualidades sonoras de que se dispone, conseguir un mayor dominio en la emisión del sonido y su resonancia y evitar el cansancio físico y la reducción de la potencia de la voz haciéndola obediente a los deseos y dócil a las inflexiones.
Un programa de rehabilitación logopédica pasará por las siguientes etapas:
RELAJACIÓN: Se realizará la relajación no sólo de la zona laríngea sino de todo el cuerpo en general. Se suele comenzar la relajación en posición de decúbito supino.Es conveniente realizar la relajación de la cara (entrecejo, frente, párpado, nariz, mejillas, lengua, mandíbula, labios, mentón…),el cuello, hombros y brazos en posición sentado. En esta posición se trabajaran distintas zonas del cuerpo para así sensibilizar al paciente de sus propias tensiones- distensiones, teniendo en cuenta las fases de la siguiente serie: 1º tensar los músculos en su grado máximo. 2º sentir en ellos la sensación de tensión. 3º relajarlos, soltándolos inmediatamente. 4º experimentar la agradable sensación de la relajación.
RESPIRACIÓN: La respiración es la base de la fonación, de aquí la importancia de una correcta fonación. Distinguimos tres tipos de respiración: La respiración ESCAPULAR o COSTAL SUPERIOR en la que el abdomen se retrae en la inspiración y se distiende en la espiración. Esta respiración permite poca ventilacón, ya que el aire no penetra hasta la base de los pulmones. Es utilizada por aquellas personas que desconocen la respiración correcta, y sobre todo en inspiraciones profundas, situaciones agitadas y estados ansiógenos. En la respiración INTERMEDIA se da también una inversión del movimiento fisiológico, es decir, el abdomen se retrae en la inspiración y se distiende durante la espiración. Es menos defectuosa que la anterior. La respiración COSTO- DIAFRAGMÁTICA- ABDOMINAL es la adecuada. En ella el diafragma se contrae y desciende empujando a los órganos que se alojan bajo él. Las costillas flotantes se elevan permitiendo que el aire entre libremente en los pulmones. Durante la espiración el diafragma asciende y se relaja y la caja torácica vuelve a su posición. Con este tipo de respiración se conseguirá una buena ventilación pulmonar y el apoyo necesario para la producción del sonido.-
EMISIÓN- ERTICULACIÓN: La vocalización consiste en la correcta y clara dicción de cada fonema vocálico, con su sonido propio y distinto. Todo esto se conseguirá mediante una buena movilidad de mandíbula, labios y lengua a través de ejercicios de mandíbula, labios, lengua, de frases sin consonante, con consonantes, consonantes dobles, etc.
IMPOSTACIÓN: Impostar es colocar la voz en la caja de resonancia adecuada a fin de que con el mínimo esfuerzo se obtenga el máximo rendimiento fonatorio. Para una buena impostación debemos tener en cuenta la colocación exacta de las vocales, la emisión clara con sonido redondeado, un buen apoyo del sonido y un mantenimiento del sonido con soplo de aire continuo. podemos considerar que una voz está bien impostada, cuandoo en toda su extensión puede producir sonidos firmes, redondos, vibrantes, homogéneos y sin temblores.
¿Que puedo hacer para prevenir una disfonía?
Evitar el tabaco.
Evitar agentes deshidratantes como el alcohol o la cafeína.
Beber abundantes líquidos.
Humidificación del ambiente.
Evitar especias picantes y alcohol en la dieta.
No usar la voz durante demasiado tiempo y/o a gran volumen.
Si usas la voz de forma profesional es conveniente recibir entrenamiento y el apoyo de un especialista de la voz.
Evita hablar o cantar cuando tu voz esté dañada.